martes, 27 de octubre de 2009

Quien puede decir ciertamente lo que es un hombre. Qué siente. Qué piensa. A qué le teme. Por qué vibra. Qué es lo que mas le interesa en la vida y en el mundo. Hasta donde es capaz de amar sin pensar que está loco o que es ridiculo.

Quien puede decir que realmente conoce a un hombre. Quien puede decir que realmente lo comprende...

A veces pareciera que sí, que es posible, que atravesando el complicado laberinto de su pensamiento uno ha llegado al fondo, a ese lugar secreto, escondido, protegido por los cinco sentidos y lo ha encontrado... Pero un minuto despues, él se rebela, borra todas las huellas, tuerce las agujas del reloj, cambia de voz, de piel, de convicciones.

Cambia la intensidad de la mirada, se vuelve hosco, lejano, inalcanzable, o nos hace creer que cambia de voz, de piel, de convicciones y que se vuelve inalcanzable...

Y otra vez estamos afuera, otra vez llamando a su puerta, otra vez estamos comenzando.

Con un hombre nunca se está en camino. Siempre se está empezando a caminar...

No somos nosotras las que podemos apoyar la cabeza sobre su pecho seguro y descansar..., sino que son ellos los que terminan apoyando su cabeza en nuestro pecho y se quedan dormidos como niños.

Un hombre..Qué dilema!